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Cómo impacta la inflación en el empleo y en los salarios

BBVA AM España

26 de octubre de 2022

Venimos abordando una serie de contenidos relacionados con los efectos de la inflación en nosotros, con ocasión del elevado nivel de precios que estamos sufriendo, que se inició por la fuerte subida de los precios de las materias primas energéticas (gas natural y petróleo), consecuencia principalmente del conflicto en Ucrania, y que posteriormente se ha trasladado a los precios del resto de productos y servicios (inflación subyacente).

En esta ocasión tratamos sobre la relación que existe entre las variables inflación y nivel de empleo:

Una inflación no controlada puede provocar un rápido empobrecimiento de la población, por la pérdida de poder adquisitivo de sus ingresos, que impide que las personas puedan cubrir sus necesidades básicas a pesar de tener un puesto de trabajo.

Esa pérdida de poder adquisitivo resultado de la inflación, es especialmente más severa para los hogares más desfavorecidos, por la elevada incidencia de la misma en el gasto energético y en alimentos.

Asimismo, el alza de los precios, especialmente de los energéticos y materias primas, repercute en la actividad empresarial. La inflación resta ingresos reales a las empresas, por el estrechamiento de sus márgenes. Este efecto es muy importante en el caso de muchas empresas que tienen un elevado peso en su cuenta de resultados de los suministros energéticos.

Se vienen hablando desde hace meses de un «pacto de rentas» para evitar una espiral inflacionista, que traslade el incremento de los precios a los salarios, pero que al mismo tiempo modere el impacto de ese incremento de precios sobre el poder adquisitivo de los consumidores.

Cuando suben los precios, sube la presión para que se incrementen los salarios, ya que los trabajadores no desean perder poder adquisitivo. No obstante, muchas empresas no tienen capacidad para poder afrontar una subida generalizada del salario de sus trabajadores, que determinaría una nueva subida de sus costes. Especialmente cuando se compite, frente a otras empresas proveedoras de los mismos o similares productos o servicios, principalmente por precio y no por otros atributos, como el valor añadido aportado al cliente (superior al aportado por los competidores),

Una subida generalizada de los salarios, bien impuesta legalmente a través de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o bien por Convenio Colectivo, podría afectar de manera directa a los niveles de empleo. La primera forma que tienen las empresas de afrontar las dificultades económicas es reducir los costes laborales, y para ello recurren a los despidos (ya sean despidos colectivos a través de ERE, o despidos individuales) o en ocasiones a las suspensiones temporales de empleo (ERTE).

Podríamos tener que llegar a enfrentarnos a una situación en la que los salarios suban lo justo para que la inflación no suponga un problema grave para el poder adquisitivo de los ciudadanos, pero, a la vez, aumenten los niveles de desempleo.

La curva de Philips, y la relación entre desempleo e inflación

La curva de Phillips, publicada en 1958 por el economista William Phillips, relacionaba dos variables: el desempleo y la inflación.

Para Phillips, la cantidad de dinero circulante (masa monetaria) tiene efectos reales sobre la economía en el corto plazo. Un aumento de la masa monetaria tendría un efecto beneficioso sobre la demanda agregada, ya que los ciudadanos gastarán más al ver incrementados sus salarios nominales (es la llamada ilusión monetaria), creando una expectativa más favorable a la inversión por parte de las empresas, debido a que las perspectivas de unos precios al alza mejorarán las expectativas de beneficios de las empresas.

La curva de Phillips es una representación gráfica que muestra la relación inversa entre inflación y desempleo, expresada gráficamente por una curva descendente.

Esta teoría establece que un aumento del desempleo reduce la inflación, al igual que una disminución del desempleo se asocia con un incremento de la inflación.

Establece que no podemos conseguir, al mismo tiempo, un escenario de baja inflación y, de forma simultánea, poseer una elevada tasa de empleo.

En tanto en cuanto se vaya incrementando la demanda, la tensión de los precios será mayor, provocando una subida de los mismos, y en un escenario en el que, al mismo tiempo, comienza a disminuir el desempleo. La mejora de la demanda se traduciría en un mayor crecimiento económico, y éste, a su vez, en la creación de nuevos puestos de trabajo.

Lo que sugiere esta teoría de Phillips es que, de haber cierto nivel de inflación en una economía determinada, el desempleo que está presente será menor.  Por lo tanto, una política económica dirigida exclusivamente hacia una estabilidad plena de precios puede promover el desempleo.

Sin embargo, para el largo plazo, la curva de Phillips tradicional no muestra esa correlación, se torna bastante inestable, sin que exista esa relación entre inflación y desempleo. No obstante, aunque su validez haya quedado en entredicho por la influencia de otros factores, la curva de Phillips ha sido, desde hace muchos años, un instrumento fundamental para comprender el comportamiento de la economía.

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