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Qué aporta la asignación de activos a tu inversión

BBVA AM España

13 de marzo de 2024

La diversificación es fundamental en la asignación de activos, es la que aporta los “cimientos” necesarios para que el patrimonio financiero crezca sostenidamente, con el objetivo de limitar el impacto de los riesgos.

Uno de los riesgos a los que están expuestos los inversores no profesionales, que invierten directamente (en acciones, bonos, etc.) es el de no diversificar adecuadamente, asumiendo más riesgos de los necesarios. Puede llevarles a caer en sesgos conductuales como el exceso de confianza y la ilusión de control (es decir, pensar que se tienen más conocimientos y posibilidades de acertar en su elección que la que realmente se tienen).

¿Qué es la asignación de activos?

La asignación o alocación de activos (asset allocation, en inglés) es la forma de inversión que distribuye la inversión del patrimonio entre diversos tipos de activos como, por ejemplo, en acciones, bonos, liquidez, derivados, bienes inmuebles u otros tipos de activos alternativos.

Como los diferentes tipos de activos no están directamente correlacionados entre ellos, es decir, no tienen el mismo comportamiento (por ejemplo, cuando unos caen otros pueden aguantar o incluso subir), esta estrategia permite combinar activos que aportan un mayor potencial de revalorización (como, por ejemplo, la renta variable o acciones de compañías) con otros activos que ofrecen mayor estabilidad en su valoración (la renta fija). 

Asimismo, esa diversificación se lleva a cabo, además de por tipo de activo, también de acuerdo a otros criterios de segmentación:

  • Geográfica: por ejemplo, activos de zona euro, EEUU, países emergentes.
  • Sectorial: por ejemplo, sector tecnológico, alimentación, farmacéutico, entidades financieras, etc.
  • Por tamaño de las compañías en las que se invierte, o de emisor del activo: alta capitalización, mediana capitalización (midcap), etc.

En definitiva, con esta diversificación entre los activos de inversión, llevada a cabo con la asignación de activos, se logra un equilibrio entre el riesgo que el inversor está dispuesto a asumir y la rentabilidad que espera obtener. 

La diversificación no garantiza lograr una mayor rentabilidad, pero sí limitar los riesgos en probabilidad y en impacto: es decir, busca reducir el impacto de las caídas cuando se producen, para apoyar un crecimiento sostenido.

En la asignación de activos, las decisiones adoptadas en relación a la inversión del ahorro de una persona se deben toman teniendo que cuenta:

  1. cuáles son sus objetivos de inversión (que rentabilidad objetivo quiere obtener, cuánto dinero necesita para lograr su objetivo financiero- por ejemplo, el importe de la entrada para una vivienda-),
  2. el horizonte temporal que resta hasta la realización de su objetivo financiero (por ejemplo, los años que restan hasta jubilación en el caso de la inversión del ahorro complementario para la misma),
  3. y su tolerancia personal al riesgo, es decir el riesgo que la persona está dispuesta a asumir.

Lo anterior determina las decisiones de inversión (por ejemplo, en determinados fondos de inversión, o en determinados valores cotizados) que se llevarán a cabo en el proceso de asset allocation.

La asignación de activos es fundamental para el éxito de la inversión. Muchos expertos afirman que el proceso de distribución de activos tiene, por sí mismo, más impacto positivo en los resultados de la inversión que la propia selección de activos concretos.

Proceso de asignación de activos

Los profesionales de la inversión siguen un proceso determinado, metódico y disciplinado, para llevar a cabo el asset allocation, con estos pasos:

  1. Definición de objetivos: ¿cuál es el objetivo de la inversión? ¿Se quiere un retorno a corto plazo o bien se trata de una inversión a largo plazo? En función de cuál sea la respuesta, influirán en las decisiones posteriores.
  2. Evaluación del perfil del inversor. Es decir, su tolerancia al riesgo:
  • inversiones más seguras, aunque con rentabilidad más modesta.
  • O bien, asumir más riesgo en busca de mayores retornos. 
  1. Análisis del mercado de valores: condiciones actuales y tendencias futuras. ¿Qué sectores y geografías presentan más oportunidades y cuáles no merece la pena la oportunidad para el nivel de riesgo (en un análisis coste beneficio)?.
  2. Selección de activos: tras analizar el mercado, se seleccionan los activos que mejor se adecuen a los objetivos y al perfil de riesgo del inversor. 
  3. Determinación de porcentajes: se «asignan» los activos. Según el análisis de mercado realizado, se decide qué porcentaje del total de la inversión se destinará a cada tipo de activo.
  4. Seguimiento y revisión constante: el proceso de asignación de activo se retroalimenta, ya que los mercados cambian, y lo que en la actualidad es una inversión óptima, en unos meses puede no serlo. Es fundamental revisar y ajustar periódicamente la asignación de activos, adaptándola a las nuevas circunstancias del mercado y posibles cambios en los objetivos o en el perfil del inversor.